Por: Elizabeth Flores
Tlaxcala, estado pintoresco en el corazón de México, guarda tesoros culturales que cautivan a sus visitantes, mismo que es conocido como la corona de la nación y cuna del mestizaje. La palabra Tlaxcala viene del náhuatl tlaxcalli qué significa la tortilla de maíz. Entre sus joyas arquitectónicas se encuentran majestuosas haciendas, testigos mudos de una rica historia, y museos que resguardan la esencia de tradiciones arraigadas.
Las haciendas, como la de Santa Bárbara y Soltepec, son testimonios vivientes del esplendor colonial. La Hacienda de Santa Bárbara, con su imponente arquitectura, transporta a los visitantes a épocas pasadas, ofreciendo una mirada al legado agrícola y ganadero de la región. Por su parte, Hacienda Soltepec, con su combinación de historia y naturaleza, invita a explorar sus jardines, bosques y edificaciones que hablan de un pasado lleno de esplendor.
Una de las expresiones artísticas más impresionantes de Tlaxcala son las alfombras de aserrín, una tradición arraigada que cobra vida durante festividades religiosas como la celebración de la Virgen de la Caridad en Huamantla. Estas coloridas alfombras, meticulosamente elaboradas con aserrín teñido, crean verdaderas obras de arte efímeras que adornan las calles y atraen a turistas y locales por igual.
En cuanto a los museos, el Museo del Títere en Huamantla es una parada obligatoria para los amantes del arte escénico. Aquí, los títeres cobran vida propia, contando historias y preservando una tradición milenaria. Es un lugar que despierta la imaginación y conecta a personas de todas las edades con un arte único y encantador.
Por otro lado, el Museo Taurino de Huamantla ofrece una visión fascinante de la cultura taurina en México. Más allá de la controversia, este museo brinda la oportunidad de comprender la profundidad de esta tradición, desde sus orígenes hasta su impacto en la identidad local y nacional.
Tlaxcala, con su mezcla de haciendas históricas y museos cautivadores, invita a sumergirse en la riqueza cultural de México. Estos lugares emblemáticos no solo preservan la historia, sino que también enriquecen el alma de quienes los visitan, dejando una impresión perdurable de la diversidad cultural y el legado de una tierra llena de encanto.